ECM y ciencia van de la mano. El mundo de las experiencias cercanas a la muerte y la ciencia cada vez van más de la mano. El salto a los medios de comunicación de Cirujanos como el Doctor Manuel Sans Segarra ha conseguido que lo que al principio era tachado de fantasía o locura se le considere una fuente de experiencia.
Evidentemente este famoso ya cirujano tiene sus detractores y sus acólitos. Ya ha escrito dos libros de mucho éxito. Pero la ciencia, por su parte, sigue con sus estudios del cerebro y el fenómeno de las ECMs para intentar explicar por qué suceden, dejando de lado lo espiritual, lo místico y lo filosófico. Vamos a ver el resultado de los últimos estudios publicados por la ciencia, a ver qué nos dice ésta sobre las ECM y Ciencia.
Contenidos:
ECM y Ciencia | 07×07
Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) y Ciencia: un análisis desde la neurociencia y la psicología
Las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) constituyen un fenómeno ampliamente documentado, pero aún no completamente comprendido. Aunque tradicionalmente han sido interpretadas como evidencias de una vida más allá de la muerte, la investigación científica en las últimas décadas ha avanzado hacia explicaciones de carácter neurobiológico, psicológico y cognitivo.
Bases neurofisiológicas
Diversos estudios sugieren que las ECM podrían estar vinculadas a la hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro) durante episodios de paro cardíaco o shock extremo. La hipoxia genera actividad neuronal desorganizada, especialmente en la corteza visual, lo que podría explicar la percepción de “luces intensas” o “túneles luminosos” descrita por los pacientes (Blackmore, 1993).
Asimismo, investigaciones recientes han mostrado que la liberación masiva de neurotransmisores como serotonina, glutamato y dopamina en situaciones de riesgo vital puede inducir estados de euforia, despersonalización y disociación (Borjigin et al., PNAS, 2013). En modelos animales, se ha registrado un aumento súbito de actividad gamma en la fase final de la vida, lo que refuerza la hipótesis de que el cerebro genera experiencias intensamente organizadas justo antes del cese total de funciones.
La estimulación eléctrica del lóbulo temporal ha reproducido sensaciones cercanas a las reportadas en ECM, como la percepción extracorpórea o “desdoblamiento” (Blanke et al., Nature, 2002). Esto sugiere que estas experiencias podrían ser correlatos de la actividad cerebral más que evidencia de un fenómeno trascendente.
Perspectiva psicológica y cognitiva
Desde la psicología, se plantea que las ECM constituyen un mecanismo de afrontamiento ante el trauma extremo. Greyson (1983) elaboró una escala para clasificar estos fenómenos, observando patrones comunes como la revisión de la vida, la sensación de paz y el contacto con entidades. Estos elementos podrían corresponder a narrativas construidas por la memoria bajo estados de conciencia alterada.
La teoría del “modelo constructivista” sostiene que el cerebro, al enfrentarse a la amenaza de la aniquilación, produce narrativas coherentes que dotan de sentido a una experiencia caótica (Mobbs & Watt, Trends in Cognitive Sciences, 2011). Esta interpretación ubica las ECM en el terreno de los fenómenos subjetivos, aunque profundamente significativos para quienes los experimentan.
Estudios clínicos y verificación empírica
Uno de los estudios más citados es el dirigido por Pim van Lommel (The Lancet, 2001), en el que se analizaron más de 300 casos de pacientes reanimados tras paro cardíaco. Aproximadamente un 18% de ellos reportó ECM, con características recurrentes. Sin embargo, no se halló evidencia objetiva de percepción extracorpórea verificable, lo que limita las interpretaciones trascendentales.
Proyectos como AWARE (AWAreness during REsuscitation), coordinados por Sam Parnia, intentaron comprobar si los pacientes podían describir estímulos visuales ocultos durante el paro cardíaco. Aunque hubo testimonios de conciencia durante la reanimación, los resultados no fueron concluyentes en cuanto a percepción verídica del entorno (Parnia et al., Resuscitation, 2014).
Reflexiones finales
El consenso científico actual señala que las ECM son experiencias reales y transformadoras para quienes las viven, pero no constituyen prueba objetiva de la supervivencia de la conciencia más allá de la muerte. La evidencia apunta a que se trata de fenómenos neurocognitivos derivados de estados críticos del cerebro.
No obstante, estas experiencias siguen planteando interrogantes filosóficos sobre la naturaleza de la conciencia, un campo donde la neurociencia aún no ofrece respuestas definitivas. El estudio riguroso de las ECM, lejos de ser una curiosidad marginal, se convierte en una ventana privilegiada para explorar los límites entre biología, percepción y subjetividad.
Temas extraídos del podcast de la semana:
Lidiar con las adicciones
Muchas son las adicciones que nos rodean y todas en mayor o menor grado no son buenas para nuestra salud. Es por ello que en el día a día tenemos que lidiar con las adicciones. Y lo tenemos que hacer por nosotros mismos porque nadie te obliga a adquirirlas y nadie te va a sacar de ellas si tu no tienes la voluntad de caer o de dejarlas. Por tanto vamos a intentar analizar diversas adicciones e intentar aprender cómo lidiar con las adicciones. También aprenderemos a diferenciar si son psicológicas o físicas.
Lidiar con las adicciones: un reto de vida
Hablar de adicciones no significa únicamente hablar de drogas o alcohol. La palabra adicción, que viene del latín addictus —esclavo de algo—, hoy se aplica también a conductas como el juego compulsivo, el uso excesivo de internet, las compras, el trabajo o incluso la comida. En todos los casos, hay un elemento común: la pérdida de control y la sensación de que “uno no puede dejarlo”, aunque sea consciente del daño que le está causando.
¿Qué es realmente una adicción?
A menudo se cree que la adicción es cuestión de fuerza de voluntad. Sin embargo, la ciencia muestra que es algo mucho más complejo: el cerebro se acostumbra a recibir ciertos estímulos y libera sustancias químicas —como la dopamina— que generan placer inmediato. Poco a poco, esa búsqueda de recompensa se convierte en una necesidad compulsiva. Lo que al principio era un hábito placentero acaba transformándose en una cárcel.
Reconocer el problema
El primer paso para lidiar con una adicción es el más difícil: reconocer que existe. Negar la situación es una reacción muy común. “Yo lo controlo” o “lo dejo cuando quiera” son frases frecuentes que reflejan resistencia a aceptar la dependencia. Pero sin esa toma de conciencia, no hay posibilidad real de cambio.
Estrategias para enfrentarse a la adicción
Superar una adicción no es un camino solitario. Existen muchas estrategias que pueden ayudar:
• Apoyo profesional: psicólogos y médicos especializados pueden orientar y acompañar el proceso.
• Grupos de apoyo: compartir experiencias con personas que atraviesan lo mismo —como en Alcohólicos Anónimos o grupos similares— ayuda a sentirse comprendido y motivado.
• Cambiar rutinas: identificar qué situaciones disparan la conducta adictiva y sustituirlas por actividades nuevas, más saludables.
• Red de apoyo familiar y social: contar con personas cercanas que entiendan la situación es clave para no recaer.
La importancia de la sociedad
No se puede olvidar que las adicciones también tienen un contexto social. Vivimos en un entorno que muchas veces favorece el consumo: publicidad que asocia alcohol con diversión, presión social para “probar” cosas nuevas o un acceso fácil a casinos online y aplicaciones que generan dependencia. En este sentido, no basta con responsabilizar únicamente al individuo; la sociedad también debe ofrecer herramientas de prevención y programas que acompañen la recuperación.
Un proceso largo, pero posible
Lidiar con las adicciones no es un proceso rápido ni lineal. Es común que haya recaídas, pero eso no significa fracaso, sino parte del camino. Recuperarse implica paciencia, constancia y la disposición a aprender nuevas formas de vivir y relacionarse con uno mismo.
Quienes han superado una adicción suelen describirlo como una segunda oportunidad: redescubrir la libertad, retomar proyectos y volver a disfrutar de la vida sin cadenas. El mensaje es claro: salir de una adicción es difícil, pero nunca imposible.
Medir el alma
Medir el alma es una de las obsesiones de la ciencia y la psicología. Los algoritmos y las etiquetas intentan conocernos para domesticarnos. Y esto no es algo de ahora sino que viene desde mucho más atrás. Medir el alma no es fácil, pero la psicometría se empeña concienzudamente en hacerlo. La personalidad ahora se mide con ecuaciones.
Medir el alma: la psicometría y la búsqueda de lo intangible
Desde tiempos antiguos, el ser humano ha intentado medir lo inmedible. Las civilizaciones ancestrales pesaban el alma en balanzas simbólicas, como en el mito egipcio del juicio de Osiris, donde el corazón del difunto se comparaba con la pluma de Maat, diosa de la verdad y la justicia. La pregunta persiste en la modernidad: ¿es posible medir el alma? Aunque la ciencia ha desplazado el concepto metafísico por uno más empírico, la aspiración de cuantificar la interioridad humana sigue viva. En este cruce entre lo místico y lo científico surge la psicometría.
La psicometría es la disciplina que se dedica a la medición de los procesos y rasgos psicológicos, como la inteligencia, la personalidad o las emociones. Nace formalmente a finales del siglo XIX, impulsada por pensadores como Francis Galton y Charles Spearman, quienes creyeron que la mente podía analizarse con la misma precisión que un fenómeno físico. Con el desarrollo de los tests psicométricos, la psicología dio un paso hacia su consolidación como ciencia, al ofrecer herramientas numéricas para lo que antes era sólo intuición o interpretación.
Sin embargo, el intento de medir la mente no deja de evocar una ambición casi espiritual. ¿No es el alma —entendida como la esencia única e irrepetible de cada individuo— aquello que buscamos comprender cuando analizamos emociones, motivaciones o valores? La psicometría, en su vertiente más rigurosa, no pretende capturar el alma, sino describir patrones observables del comportamiento humano. Pero en su fondo late la misma inquietud: poner orden en el misterio del ser.
Los test de inteligencia, las escalas de personalidad o las mediciones del estrés emocional no son instrumentos inocentes. Traducen aspectos de nuestra subjetividad en números, gráficos o perfiles estadísticos. Esa cuantificación aporta ventajas innegables en el ámbito clínico, educativo o laboral, pero también encierra peligros. ¿Qué ocurre cuando reducimos la complejidad del alma humana a un resultado de “coeficiente” o a un perfil psicométrico? La medida, aunque útil, nunca es total. Se queda en la superficie de un océano que desborda cualquier instrumento.
A lo largo del siglo XX, la psicometría ha sido objeto tanto de refinamientos técnicos como de críticas filosóficas. Los modelos factoriales de inteligencia o las escalas de personalidad han alcanzado altos niveles de fiabilidad, pero no han logrado escapar del dilema esencial: ¿hasta qué punto la mente puede medirse sin empobrecerse? La neurociencia, por su parte, ofrece correlatos biológicos de la emoción y el pensamiento, pero tampoco puede acceder al “yo” profundo, ese núcleo de experiencia que escapa a toda ecuación.
En última instancia, medir el alma sigue siendo una empresa imposible y fascinante. La psicometría, aunque no toque el alma, nos enseña algo valioso: que lo inefable puede al menos rozarse a través del método, la observación y la reflexión crítica. Tal vez el alma no se mida en cifras, sino en la capacidad de autoconocimiento que esos intentos despiertan. Como toda ciencia humana, la psicometría revela tanto como oculta, y su mayor mérito consiste quizá en recordarnos que lo más importante de nosotros sigue estando más allá de toda medida.
Sinfonía del Universo
El sonido en el vacío no se propaga. Pero en los cuerpos materiales que conforman el Universo hay sonido que nos llega en forma de ondas, llamadas ondas gravitacionales, que conforman una sinfonía, que en muchos casos está oculta tras la geometría que nos presentan.
Sinfonía del Universo
El Universo, ese vasto y silencioso escenario donde se despliega la existencia, puede entenderse no solo como un conjunto de cuerpos celestes obedeciendo leyes físicas, sino también como una sinfonía cósmica. Desde las vibraciones primordiales del Big Bang hasta los pulsos rítmicos de los púlsares, todo en él parece seguir una partitura invisible, una armonía universal donde cada elemento participa con su propia frecuencia, su propio tono.
La idea de una “Sinfonía del Universo” no es nueva. Ya en la Antigüedad, Pitágoras habló de la música de las esferas, una teoría que sostenía que los planetas, al desplazarse por sus órbitas, producían una música inaudible para el oído humano, pero perceptible para el alma. Según el filósofo, el cosmos estaba regido por proporciones numéricas que también gobernaban la música y la belleza. De ese modo, lo que hoy llamamos leyes físicas era, para los pitagóricos, una partitura matemática escrita por los dioses.
La ciencia moderna, curiosamente, ha recuperado esa metáfora con nuevas herramientas. La física cuántica y la teoría de cuerdas describen un universo donde todo vibra. Según esta última, las partículas fundamentales no son puntos, sino diminutas cuerdas que oscilan en distintas frecuencias. Su modo de vibración determina si algo será materia o energía, luz o gravedad. Así, la realidad misma podría interpretarse como una orquesta microscópica tocando una sinfonía multidimensional, donde cada nota construye el tejido del espacio y del tiempo.
Incluso la astrofísica nos ofrece ejemplos tangibles de esta musicalidad cósmica. Los agujeros negros, lejos de ser silenciosos, emiten ondas gravitacionales al colisionar, deformando el espacio-tiempo como un tambor que resuena en la nada. Los púlsares, estrellas de neutrones que giran a velocidades vertiginosas, emiten pulsos rítmicos tan precisos que podrían compararse con metrónomos cósmicos. Y el fondo cósmico de microondas, ese eco fósil del Big Bang, podría considerarse el primer acorde de la creación: una vibración primordial que aún resuena, débil pero constante, en todas direcciones.
Esta visión sonora del cosmos también tiene una dimensión filosófica. Si el Universo es una sinfonía, ¿qué papel desempeñamos nosotros en ella? ¿Somos meros oyentes o también intérpretes? El ser humano, al observar, medir y comprender, añade su propio tono a esa composición. Cada pensamiento, cada descubrimiento, modifica sutilmente la melodía, como un músico que improvisa sobre una base eterna.
Por eso, hablar de la “Sinfonía del Universo” es hablar de la unión entre ciencia y arte, entre razón y sensibilidad. Es recordar que las ecuaciones de Einstein o las composiciones de Bach beben de la misma fuente: la búsqueda del orden oculto tras el caos aparente. El Universo no solo se expande; también canta, y su canción es la del asombro, la de la complejidad que se vuelve belleza, la del silencio que encierra música.
Quizá algún día, cuando nuestra comprensión sea más profunda, podamos escuchar esa melodía en toda su plenitud. Mientras tanto, seguimos afinando nuestros instrumentos —la mente, la ciencia y la imaginación— para intentar comprender la partitura que nos dio origen. Porque, al fin y al cabo, nosotros también somos notas en la gran sinfonía del Universo.
Sobre tu Cadáver – Capítulo 11 – Audiolibro en Español – Voz real
Si te ha gustado el episodio ECM y Ciencia | 07×07 no te cortes y compártelo en tus redes sociales. ¡Muchas gracias por compartirlo!
Pasa una buena semana y hasta el próximo programa de No Soy Original | luisbermejo.com.
No olvides que puedes darme 5* en iTunes o darle a «me gusta» en Spreaker para animarme a continuar y ayudar a difundir este podcast. Te lo agradeceré infinito.
¿Te interesa algún tema en especial? Puedes proponerlo en mis redes sociales. También puedes proponerme participar en la locución, aportar tus relatos si lo deseas o debatir algún tema o suceso que te ha ocurrido y que quieras contar.
- Escucho historias de misterio o emotivas GRATIS
- ¿Me invitas a un café? ¡Gracias!
- Subscríbete a No Soy Original
- Suscríbete con Podcast si usas Apple y dame 5* de valoración
- Compra en Amazon a mejor precio
- Facebook: https://www.facebook.com/lbermejojimenez
- X: https://x.com/luisbermejo
- Instagram: https://www.instagram.com/luisbermejo
- Canal Telegram: https://t.me/nosoyoriginal
- WhatsApp: +34 613031122
- Paypal: https://paypal.me/Bermejo
- Bizum: +34613031122
- Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029Va89ttE6buMPHIIure1H
- Grupo Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/BNHYlv0p0XX7K4YOrOLei0
Deja una respuesta