Macarena Berlín, locutora del programa de la Cadena Ser «Hablar por hablar». Foto de José Mª Manchado
Tal día como hoy, 30 de Octubre, de 1938, Orson Welles (1915-1985) bajo el sello de la CBS, fueron los que adaptaron el clásico La guerra de los mundos, novela de ciencia ficción de H.G. Wells, a un guión de radio. En aquellos entonces, la radio, era el medio mas inmediato de comunicación de los hogares hacia el resto del mundo.
Radio Star
El programa formó un gran revuelo, a pesar de que en la introducción del mismo se aclaraba que era un relato de ficción. Pero la forma distraída que tenemos de escuchar la radio, hizo que mucha gente no se diera cuenta, ya que, si tu eres de los que escucha radio, sabes que la oímos como «fondo» en muchas ocasiones. La clave del éxito, y de que mucha gente se alarmara, no fue otra que una típica llamada de atención que hacen todos los medios cuando de repente tienen que dar una noticia importante de última hora. El relato, comenzaba así: «Interrumpimos la emisión para comunicarles…« Esta frase, capta la atención del oyente distraído, y cualquier aviso normal que hubiera sido dado antes de empezar el relato, pasó desapercibido. Se volvió a advertir al radio oyente en el minuto 40, pero ni aún así; el relato duró casi 59 minutos, y lanzó al estrellato a su narrador.
Depende de la edad que tenga el lector, habrá vivido o no en su juventud el contacto con la radio. En mi caso, junto con mi círculo de amistades, me formó musicalmente y despertó en mi las ganas de escribir. En aquellos tiempos no había internet, ni móviles, y en la televisión, sólo daban dos canales, primero en blanco y negro, luego en color…
Recuerdo de aquellos entonces que las emisoras de radio en España no eran nacionales en su mayoría sino que emitían en modo local. Las más famosas en Málaga eran «Radio Juventud de Málaga«, donde por aquellos entonces trabajaba Maria Teresa Campos, y «Radio Popular«. Esta última a mi me gustaba menos, y recuerdo que alguna vez me dio por oír un famoso programa que emitía llamado «El búho musical» que tenía el formato de discos dedicados, por lo que la música que solían poner era bastante comercial. Además se daba el caso en que la mayoría emitían en «onda media», y que la FM, «frecuencia modulada» era una banda experimental dedicada a música, como la onda media no podía emitir en modo estéreo, las radios emitían sus programas de música en FM, y la mayoría de sus locutores ni siquiera cobraban, claro que tampoco tenían publicidad.
Yo era mas adicto a Radio Juventud FM, la onda media era mas aburrida, pues estaba llena de publicidad y de programas de contenidos serios que poco o nada inquietan a un pre-adolescente. Así que, cuando en la Televisión no había nada de interés, algo que solía ser frecuente, hoy también a pesar de tantas cadenas que hay, ponía la Radio y escuchaba música y entrevistas. El por qué oía esta emisora estaba claro y había varias razones, una de ellas, fundamental, la programación, sus programas tenían una música menos comercial y mas acorde a mis gustos, y en vez de oír a Pecos, Ivan, Miguel Bosé y similares, ponían a Pink Floyd, Supetramp, ELO, Sex Pistols, etc, según el programa, claro. Había variedad, y en el Prime Time un programa curioso, de variada temática, que ofrecía entrevistas con grupos de música locales, programación dedicada a un solo grupo o solista, y relatos cortos entre otras cosas. Curiosamente recuerdo que Ricardo Texidó junto con Chris Navas y Manolo Rubio, fueron a Radio Juventud, maqueta en mano a hablar de su recién creado grupo Danza Invisible y comentar sus proyectos de futuro, por aquel entonces querían incorporar un componente que tocara sintetizadores y ni siquiera tenían en mente la incorporación de un vocalista, ya que Ricardo era quien cantaba y tocaba la batería, a lo Phil Collins.
Esta emisora, que estaba a apenas 50 m de donde yo vivía era parte de mi vida, allí iba a recoger discos que regalaban con algún concurso, a ofrecer entradas para fiestas para el viaje de estudios, y los sábados por la mañana nos reuníamos en la puerta el grupo de amigos y conocidos que solíamos salir los sábados por la noche, a esperar a Manolo Fajardo para que nos regalara entradas con consumición para ir a Peper’s, una discoteca de Torremolinos que ya pasó a mejor vida. Manolo era uno de los locutores de la Emisora en FM, aunque se ganaba la vida como DJ de dicha discoteca…
Pero de pronto los tiempos cambiaron… Las cadenas se nacionalizaron, los locutores se apuntaban como locos a las licenciaturas de periodismo, porque si no, no les iban a contratar, las emisiones locales fueron restringidas a espacios casi muertos (incluso hoy siguen en la misma franja horaria) y todo se centralizó y algunos de sus locutores se fueron a la competencia, la televisión; incluso «El loco de la colina»….
Lo mas curioso de todo, es que los formatos de la radio valían para televisión, y si no que se lo cuenten a Jesús Quintero; pero los formatos de TV no valen para la radio. Quizás sea eso lo que hace que la radio nunca muera, porque cuando vamos por la calle, además de poder ir oyendo música de nuestro reproductor, podemos oír la radio como alternativa, cuando conducimos, igual y por las noches, al acostarnos, quien decidiera no tener TV en el dormitorio, pone la radio para dormirse o en muchas ocasiones desvelarse… Pero es que además, la radio tiene un secreto a voces, que no tiene la tv, y es que es cercana, versátil y además no tiene imagen, por lo que nos transmite una serie de sensaciones que en tv son inviables… Por eso no muere y nunca morirá…
Y mucho menos, cuando pasados los años de la fiebre audiovisual, siguen surgiendo pequeñas emisoras locales y el dial está lleno de una programación amplia y enriquecedora, que nos trae a nuestros oídos noticias cercanas, debates de nuestro entorno, músicas diferentes y en definitiva: cultura variada y enriquecedora, que la cadenas de TV dejan para sus franjas más intempestivas…
Sólo por la voz, los locutores de Radio son capaces de transmitir toda la fuerza que una imagen no te da, y si no, que cuestionen a Orson Welles, que gracias a la Radio saltó a la fama.
.