El otro día mientras paseaba y sin saber muy bien por qué, se inició una conversación con un desconocido. Esto que cada vez es más difícil en la sociedad que vivimos, surge sin mas, y sin saber cómo, sobre todo en situaciones de espera; una parada de autobús, una llamada en la oficina de empleo, una espera en una cola de un cine, etc…
Estereotipos y aberraciones
Hablé con alguien, al que llamaré Jesús, que resultó ser Fotógrafo Editorial, grafista maquetador de una distribuidora de moda según él bastante importante. Confesaba pertenecer a ese colectivo de profesionales que se dedica a falsear estereotipos. Lo que más le preocupaba es no poder hacer una llamada de atención a las personas y apelar a su inteligencia para que no se vieran forzados a seguir esos estereotipos creados por las firmas comerciales y que no atienden a cánones reales.
Me confesaba que se hacen verdaderas aberraciones en las publicaciones (revistas, anuncios, etc.) y se incluía como autor de muchas de ellas, por necesidad, ya que de no hacerlo, no podría trabajar, a pesar de no ser lo que él había pensado cuando aprendió fotografía.
El retoque digital es desmesurado y decía haber llegado a cambiar la cabeza de una modelo poníendola en el cuerpo de otra; lo cual no me sorprende, ya que es una técnica muy usada incluso en el cine clásico denominada «doble cuerpo» que consiste en que cuando una actriz no quería hacer una escena erótica, se substituía por otra actriz desconocida en dichas escenas, procurando no mostrar signos identificativos de la actriz protagonista, claro está.
El bombardeo continuo de las firmas comerciales, cómo tenemos que ser, qué tenemos que ponernos, está distorsionando mucho lo que es la realidad y está castrando lo que es nuestra inteligencia emocional. Jesús me comentaba que estaba trabajando en la digitalización de un importante evento de moda y que le parecía increíble seguir viendo en las pasarelas a esas niñas famélicas que de vez en cuando saltan a la palestra y denuncia todo el mundo, pero que siguen apareciendo y apareciendo en dichos eventos. A él, como maquetador, aun le pedían que «afile» esos cuerpos y figuras y los retoque, que quite caderas, que retoque la piel con filtros para que parezcan pieles perfectas (algo que casi nadie tiene). Con lo cual, le piden unos patrones de belleza imposible o que lo tienen muy muy poca gente.
Me comentaba también que los «casting» eran devastadores y que de 200 chicas que se presentaban cogían a una que reuniera aproximadamente características casi imposibles en una persona normal, poniendo un listón tremendamente alto al que cualquier persona, sería incapaz de llegar. Alucinaba también con publicaciones que hacen alusión a estas vidas «premium» de relojes, vacaciones, ropa y zapatos caros, cuando el día a día del común de los mortales está muy alejado de esa realidad que quieren hacernos ver como real.
En la conversación lo que pude notar es que Jesús tenía un fuerte sentimiento de culpa por su trabajo, pero que o lo hacía, o no sabría dedicarse a otra cosa porque si era fiel a su ética, no le daría para comer. De hecho, me confesaba tener bastantes discusiones con clientes porque ya le pedían que realizara trabajos que desde su punto de vista son inmorales. Jesús decía intentar cultivar personalmente otra serie de valores, pero que por necesidad, no puede transmitirlos a través de su trabajo. El problema es quién regula ésto ya que por mucho que se diga, estas cosas suceden porque hay quien las demanda y quien las tolera, empezando por las firmas, las publicaciones y las propias modelos que dejan y autorizan la manipulación, y porque son ellas mismas las que intentan alcanzar ese estereotipos para ser contratadas. Y las consecuencias es que la gente joven y no tan joven, intentan imitar a esas modelos y famosos, sin un criterio razonable que da la cultura y el conocimiento y el quererse mucho a sí mismos.
Le comentaba yo a Jesús que bueno, que todo esto es cierto que se hace, pero que todo el mundo lo sabe. Pero es cierto que aunque se sepa, se quiere a toda costa estar en ese estereotipo, tanto es así que había sido testigo de sesiones de fotos maratonianos en las que las modelos sufrían linotipias por el cansancio, sencillamente porque no comen, para entrar en los parámetros que les exigen. Que las personas pueden ser todo lo consciente que quieras, pero vuelven a caer y a caer, y que él mismo ha sido testigo como en las empresas en las que ha pasado, no se trata por igual a las chicas mas guapas que a las menos afortunadas, pero a fin de cuenta, no estamos descubriendo nada y hemos podido ver en programas de televisión de cámara oculta, cómo a una chica desarreglada le cuesta mas trabajo encontrar a alguien que le cambie una rueda pinchada, que a la misma chica bien arreglada y algo provocativa.
Lo que está claro es que la crisis de valores es generalizada, y que lo que vende todos sabemos lo que es, y que a las marcas y firmas les funciona. Intentar arreglar todo esto, es casi una misión imposible, pues somos todos y cada uno de nosotros los que, con nuestra aptitud lo fomentamos.
Desde aquí insto a Jesús y otros fotógrafos profesionales o aficionados, que si bien para trabajar deben usar ciertas técnicas, internet te da la posibilidad de exponer los trabajos que hagas tal y cómo tu quieres que salgan, sin retoques y sin trampas, que si bien puede que como portafolio no les sirva, si que pueden aportar su gratino de arena al acercamiento de la verdadera realidad y en todo caso a exponer con un antes y después todas aquellas técnicas que son capaces de aplicar en su trabajo.
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