Crisis, qué crisis.
¿La crisis es real o ya es una excusa que nos han inculcado para tenernos controlados? A lo largo de la historia mas reciente, e incluso mas remota, hemos podido observar altibajos, épocas de bonanza y restricciones, de alegrías y miedos inculcados por entes intangibles y desconocidos. Pero ¿Qué hay de realidad? ¿No serán estos miedos inculcados una estrategia para poder eliminar privilegios y comodidades?
No voy realizar una elucubración sobre quién, como y por qué de estas «crisis», ni analizar el crack de 1927 o la imposición de la «Ley Seca» y otras medidas restrictivas impuestas. Pero una cosa está claro, si metes miedo a la gente, tu libertad de acción es menor. Y no hay que irse a altas esferas sino al entorno mas cercano.
¿Qué tal el miedo a perder el trabajo? Con la crisis, todos hemos visto como se han reducido plantillas, aumentado horarios y disminuido los salarios, sin que ninguna organización sindical pusiera el grito en el cielo (si, ahora gritan porque el gobierno es otro, pero antes, ni «mu»). Con todo esto, el empresario consigue que sus trabajadores permanezcan mas horas en la empresa, les pagan menos, y si no están contentos, algunos incluso amenazan con el despido. Por no hablar de esos que te contratan por 2 horas y te tienen 9 trabajando y otras prácticas tercermundistas que se aceptan porque mas vale eso que estar en casa sin ingresar nada.
Pero ese miedo, también se refleja en las costumbres. Por ejemplo, en las comodidades. Últimamente mi situación me ha llevado a tener que intentar vender/alquilar mi casa, por tal de no dejar de pagar la hipoteca y tener problemas con un banco, deshumanizado, que sólo entiende de cobrar a toda costa… Recibo cada día de 1 a 3 visitas al piso, completamente amueblado, y con garaje. Decir que lo de completamente amueblado no se hizo para alquiler, sino eligiendo muebles y equipamiento de calidad, para vivir yo. Sólo la cocina costó 9.000 Euros en diseño, equipamiento y electrodomésticos (completo, y de primera calidad). El piso está en el centro de la ciudad, pero sin ser zona de grandes ruidos ni tránsito. Han venido a verlo médicos, directores de club sociales, arquitectos, empleados de medio alto rango… Y de momento nadie se lo ha quedado. Evidentemente en el anuncio del inmueble están todas las características, por lo que cuando vienen, ya saben lo que hay, no se omite ni se engaña, todo está expuesto con claridad…
¿Por qué no se alquila? Cuando me hago esta pregunta me da por mirar los pisos cercanos y lejanos de inferior precio, analizo calidades y equipamiento, y definitivamente, no me sentiría nada cómodo viviendo en un piso con muebles de cartón, cada uno de un color, sin gusto ni estilo, aunque me costara 100 euros menos al mes. Será que soy un tanto sibarita, pero mi comodidad y calidad de vida repercute en mi salud, y vale mucho mas que 100 euros. Eso sin contar con aquellos que querían quedárselo, con buen sueldo, BMW Serie 5 en la puerta, traje de sastre y como excusa que otros pisos costaban 100 euros menos… Está claro que la apariencia puertas para afuera bien vale gastar miles de euros, pero para vivir en casa, 100 euros menos y adaptarse a un cuchitril.
Miedo, es lo que hay, mucho miedo inculcado de tal manera que sacrificamos lo personal, por no hablar de las libertades y los derechos.
Y en medio de este miedo inculcado, sólo van a destacar aquellos que apuesten por los valores humanos, la honradez, la claridad y la superación para llegar a la excelencia. ¿Cuántos quedan así? Yo conozco a algunos que ya eliminaron la palabra Crisis de su vocabulario y me uno a ellos. Crisis?, What Crisis!
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