Hoy un análisis sobre la vida sin mentiras.
Últimamente están habiendo cambios en mi vida y en el camino que he decidido elegir. Pronto dedicaré mas tiempo a pasar a letras y publicar libros, 350 relatos ya lo van llamando a voces y lo merecen. Pero lo único que permanece en mi vida, es una vida sin mentiras.
Prólogo al ensayo #350 Sin mentiras
El otro día en un programa de radio escuchaba un debate sobre la mentira y se aseguraba que la especie humana es la única que miente. Esto por lo visto se lleva en los genes y los especialistas invitados comentaban que siempre andamos mintiendo. Yo soy de los que prefiere omitir a mentir, ni «mentiras piadosas» ni «verdades a medias», no contesto porque si lo hago, asegúrate que estás dispuesto a escuchar a respuesta a tu pregunta, al menos, una respuesta sincera.
Para argumentar el hecho de la especie humana mentirosa, nos comparaban con otras. Un lobo cuando va de caza se acompaña de la manada para emboscar a la presa, o se aprovecha de la debilidad de la misma.
Cazar es una tarea ardua y difícil y en los documentales nos muestran los éxitos, pero no los innumerables fracasos. Sin embargo, el hombre, para cazar, debido a su debilidad frente a otras especies, inventó las trampas y las armas de larga distancia.
El hombre no puede volar, no puede dar grandes saltos ni puede correr detrás de una presa. Además es Omnívoro, con lo que siempre ha recurrido a la recolección y a la caza, pero si bien para recolectar tenía que sembrar, para cazar debía engañar, poner trampas, por tanto, mentir a la presa para atraparla.
Por eso, encontrar a alguien sincero es un tópico, sin mentiras, mucha gente lo pide y no lo es. Es muy típico pedir más de lo que podemos ofrecer, pero seamos realistas, sin mentiras, pocos.
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