#115 La oveja negra

¿Quién de vosotros no tiene en la familia una persona a la que llaman La Oveja Negra?

La oveja negra

Normalmente llamamos así a todas aquellas personas, que pertenecen a la familia, que destacan por ser diferentes. Si no fueran de la familia, la llamaríamos con términos más insultantes y faltos de respeto.

La oveja negra sin duda es la que destaca entre un rebaño de ovejas blancas. Según unos porque no son cómo los demás, pero esto, no va en el sentido de que son los mejores, sino de que son los peores. Son como el hijo pródigo o aquella persona que no sigue los convencionalismos que se espera de ellas o ellos.

En cualquier caso, no sé por qué, a mí me han parecido siempre los individuos mejores, los rebeldes, los que van en contra de los establecido, los que cuestionan todos los convencionalismos, la hipocresía y esa doble moral que en toda familia existe para intentar mantener «las formas».

Claro está que, en el conjunto de la sociedad, la oveja negra suele ser apartada o incluso puesta entre rejas, porque comete crímenes, aunque claro, en estos casos se les llama enemigos públicos, ya que lo de oveja negra queda como apelativo «cariñoso» dentro del entorno familiar.

Oveja negra puede ser aquel que no quiere trabajar, o aquella chica que se niega a echarse novio y prefiere amigos con derecho o salir hasta altas horas de la madrugada o simplemente no aparecer en días… Según qué familia, tolerará o no este tipo de aptitudes; aunque normalmente se le suele dar la espalda.

Y eso es lo que ocurre en nuestra historia de hoy. A nuestra oveja negra particular, rockera por convicción, chupa de cuero negro, camisetas y quizás piercings y tatuajes, se le aparta de la familia, se la deja fuera, lo cual, trae consecuencias, veamos cuáles le trae a nuestra

La Oveja Negra | luisbermejo.com | podcast

La oveja negra

Siempre fui la que caminó en sentido contrario,

la que no encajaba en los moldes perfectos,

la que miraba más allá de lo evidente

y dudaba de las verdades impuestas.

Me llamaron oveja negra

como si ser diferente fuera un pecado,

como si pensar por mí misma

fuera una amenaza.

Mientras ellos repetían mantras heredados,

yo me hacía preguntas.

Mientras ellos seguían el rebaño,

yo buscaba mi propio camino,

tropezando, cayendo,

pero siempre en movimiento.

La oveja negra no es la descarriada,

es la que se atreve a ver

lo que otros no quieren mirar.

Es la que no teme la soledad

porque sabe que la verdadera prisión

es la conformidad.

Así que sí, soy la oveja negra.

Y si eso significa ser libre,

entonces prefiero mil veces

no pertenecer.

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